Whenever I close my eyes and think about my neighborhood, I think about the passing engines where I lived before coming to New York, when I’d walk to the corner store to run errands for my mom, when I’d greet all of my acquaintances when leaving my house, the Christian songs in the morning.  

I don’t only think about this when I close my eyes, but also in my mind, I see myself playing with one of my neighbors, my mother making coffee for the two of us while I told her about my dreams from the night before, the heat and the sun that would get spicy at noon. I think of all the jokes I would make with my neighbors outside when the electricity went out and we had no light, the bachata, salsa, dembow they’d play on weekends at night, the guys on bicycles every afternoon. 

I really liked the summer in my neighborhood. On the warmest days, I’d go with my whole family to the beaches and pools. I never went to the rivers because the slippery rocks scared me. The piña coladas and the sun tanning me from feet to head was my favorite moment.

In the summer in my neighborhood, there was a place we’d all want to share with relatives, friends, and neighbors, a place where we’d all meet up to drink and laugh together. In my neighborhood, I’d always see people dancing merengue, bachata, or salsa. Sometimes I’d see my best friend pass through there to greet me and my mom talking with my neighbors while she cooked.

In my neighborhood, I hear the voices of our neighbors, to spend the afternoon with those ladies, old music and some other Dominican songs, birds and chickens in the mornings, the radio too. 

In my neighborhood, I always felt, and I will always feel happy being with the people I’ve been with my whole life, my friends from childhood and from the first year of school. I feel safe and free, that they don’t judge me…trusted, protected from bad moments by my friends and my family. 

In my neighborhood, I always enjoyed riding my bike and going to all of the sites, inviting my cousin and friends to my house, and sometimes we’d pass through the neighborhood while we’d talk about various things like school, things that happened to us, or gossip, stories, etc., I always had very good times there, and I’d like to return and to feel that comfortable sensation like the one I grew up with…

Mi vida en mi barrio

Siempre que cierro los ojos y pienso en mi barrio, pienso en los motores pasando, en donde vivía antes de venir a Nueva York, cuando caminaba al colmado para hacerle los mandados a mi madre, cuando saludaba a todos mis conocidos al salir de mi casa, las canciones cristianas en la mañana.

No sólo pienso en eso cuando cierro mis ojos, también en mi mente, me veo a mi jugando con una de mis vecinas, mi madre haciendo café para las dos mientras le contaba mis sueños la noche anterior, el calor y el picoso sol que hacía a las del medio día. Pienso en todos los chistes que hacía con mis vecinos afuera cuando no teníamos luz, las bachatas, salsas y dembow que ponían los fines de semana en la noche, muchachos en bicicleta todas las tardes.

Me gustaba mucho el verano en mi barrio, los días muy calurosos solía salir con toda mi familia a playas y piscinas, nunca iba a los ríos porque las rocas resbalosas me daban miedo, las piñas coladas y el sol bronceándome de pies a cabeza era mi momento favorito.

En el verano en mi barrio era un sitio en donde todos queríamos compartir con familiares, amigos y vecinos, un sitio donde se reunían todos a tomar y a reírse juntos. En mi barrio siempre veía personas bailando merengue, bachatas o salsas, a veces veía a mi mejor amiga pasar por ahí para saludarme y mi madre hablando con mis vecinas mientras cocinaba.

En mi barrio escucho las voces de mis vecinas, para pasar la tarde junto a ellas, música vieja y algunas que otras canciones dominicanas, pájaros y gallos por las mañanas, la radio también.  

En mi barrio siempre me sentí y me sentiré feliz estando con personas con las que he estado toda mi vida, amigos de la infancia y desde el primer año de escuela, me siento segura y libre, que no me juzgan, confiada, protegida de malos momentos por mis amigos y mi familia.

En mi barrio yo siempre disfrutaba montar bicicleta y ir a todos los sitios, invitar a mi prima y amigos a mi casa y a veces recorremos el barrio mientras hablábamos de varias cosas como la escuela, cosas que nos pasaban o chismes, cuentos, etc, siempre la pasaba muy bien allí, me gustaría volver y sentir esa sensación cómoda con la que crecí…