mi alma se evaporo

Un plan para robar galletas a la hora del almuerzo. Una chica que no puede perdonarse a sí misma por ver a un chico en bicicleta es atacada en su barrio. Perros ladrando persiguiendo a dos primos jóvenes. Una hija ayunando por primera vez y dándose cuenta de la profundidad del cuidado y la preocupación que su padre siente por ella. Pasar de ser un espectador en la cancha de baloncesto a hacer el tiro ganador, con solo cuatro segundos en el reloj. Ver correr a Usain Bolt y sentir tanto orgullo por su país de origen. Un primo problemático que inicia un incendio en una granja y todos se unen para extinguirlo. El orgullo duradero de saber que enfrentó sus miedos: se postuló para presidente de la clase, se paró frente a un auditorio de estudiantes y pronunció un discurso ante sus compañeros de clase. Estas son solo algunas de las historias que los alumnos de décimo grado de la Academia Benjamin Banneker cuentan con honestidad, valentía y un lenguaje hermoso: “Ella me miró por unos minutos, como si me memorizara”, describe un autor el momento en que ella y su madre sabía que los estaban separando. Otro evoca vívidamente un barrio: “Silencio y la luna era lo único que salía”. Un recuerdo de escuchar disparos mientras jugaba baloncesto: “¡Boom, boom, boom! Todos se convirtieron en estrellas del atletismo en ese momento”. La hermandad se captura con elegancia: “Crecimos más cerca que las flores en un jardín”. Y un nuevo tío describe ver crecer a su sobrino: “No hay cambio más grande que los cambios por los que pasa un niño”. En mi alma se evaporo, los escritores de la Academia Benjamin Banneker regresan a los momentos de sus vidas en los que ocurrieron esos grandes cambios y, con sabiduría y cuidado, descubren lo que esos momentos significan para ellos.

¡Compre su copia aquí!